Hola amig@s de Aventureros Solidarios.
Queremos compartir con vosotr@s los detalles de este viaje solidario que hemos realizado, y que ha sido posible gracias a vuestra inestimable colaboración.
Hemos de agradecer profundamente la respuesta que habéis tenido desde el momento en que anunciamos la iniciativa, vuestro respaldo y ayuda han hecho que las cosas hayan sido mucho más fáciles.
En primer lugar, comentar algo obvio, y es que ojalá no hubiéramos tenido que hacer nunca este viaje, pero las circunstancias eran las que eran, y desde Aventureros Solidarios decidimos que teníamos que aportar nuestra ayuda, por pequeña que fuera.
Hablamos entre nosotros para ver quién podía viajar, y tras acoplar agendas laborales y familiares, finalmente viajaron Manuel y Alex.
Tras esto, pensamos que lo ideal sería alquilar una furgoneta, pues ganaríamos capacidad de carga, nos podríamos turnar al volante y el gasto de combustible y autopista no sería el doble, pues inicialmente íbamos a viajar con nuestros propios vehículos particulares. Nos costó bastante conseguir furgoneta (prácticamente un día antes de salir), pero pudimos alquilar una de 7 plazas, por lo que a la vuelta podríamos traer a 5 personas para que fueran acogidas en nuestro país.
Al poco de cruzar la frontera y entrar en Polonia, decidimos ir buscando donde pasar la noche, con la esperanza de que al día siguiente mejorara un poco el tiempo. Hoy hemos conducido más de 11 horas, recorriendo 1.071 km, las circunstancias no nos han permitido avanzar más.
Nuestra colaboración con ellos, ademas de la entrega del material recogido, consistía en el traslado de cinco mujeres que iban a ser acogidas en Mallorca, y que llevaban tres días esperando nuestra llegada para poder salir de allí. Tras descargar el material, nos vamos a descansar y comer algo, al día siguiente toca madrugar para emprender el camino de vuelta.
Es domingo 3 de abril y a las 6:45h estamos ya listos para salir desde el centro de acogida, pero antes tenemos que quitar la nieve y el hielo que cubre la furgoneta. Hoy el día parece que está mas despejado y por ahora no nieva.
Tras acomodar equipajes y pasajeras, partimos rumbo a Barcelona, donde hemos de llegar al día siguiente para poder coger a tiempo el Ferry de Mallorca de las 23h.
Al principio conducimos con suma precaución, existe el riesgo de encontrar hielo en la carretera y queremos evitar incidentes. Poco a poco empieza a asomar el sol y podemos avanzar más rápido.
Llevamos con nosotros a una mujer de 30 años con su hija de 13, y a otras tres mujeres de 52, 70 y 71 años. Nuestras pasajeras nos acompañan en silencio y expectantes y algo temerosas, es la primera vez que vienen a Europa y solo hablan ucraniano. La barrera del idioma es infranqueable, pero con un poco de paciencia y la ayuda de una app de traducción instantánea, conseguimos explicarles quiénes somos y los proyectos que realizamos, lo que parece tranquilizarlas. Nos cuentan que provienen de la región de Donbás, que se encontraron durante el camino de huida y han decidido continuar juntas.
El día transcurre de nuevo entre obras y desvíos en las autopistas alemanas, y tras 13 horas de conducción y 1.355km recorridos, paramos a pasar la noche en Baden Baden (Alemania).
Ya estamos a lunes 4 de abril, hemos de llegar a tiempo a Barcelona para coger el Ferry, por lo que a las 7 ya estamos en marcha. La jornada luce soleada y avanzamos más rápido de lo previsto, no hay atascos y el tráfico es fluido. Según vamos acercándonos a España, las pasajeras se van animando, están ilusionadas con llegar a su nuevo destino.
Pasadas las 19h llegamos al puerto de Barcelona, tras recorrer 1.172 km. Hemos aprovechado una de las paradas en el camino para prepararles unas bolsas con comida y bebida para que puedan cenar y desayunar durante la travesía, pues el ferry llega a Mallorca a las 6 de la mañana.
Como hemos llegado con tiempo, pasamos el rato en la cafetería de la terminal, esperando la hora de embarcar, lo que sucede pasadas las 22.30h. llega el momento de partir, de desearles un futuro feliz y en paz, nos despiden con abrazos sinceros y miradas esperanzadas, agradecidas por haberles traído hasta aquí. Era lo que debíamos hacer, y así lo hicimos.
Victoria, Anna, Liudmyla, Tatiana y Valentina, nombres para siempre grabados en la memoria de Aventureros Solidarios.